Muchas personas no se preocupan por hacer respaldos… hasta que pierden todo. Ya sea por un fallo del disco duro, un virus o un simple error humano, los datos pueden desaparecer en un segundo. Por eso, realizar copias de seguridad periódicas es esencial.
Puedes usar servicios en la nube como Google Drive, OneDrive o Dropbox, o soluciones locales como un disco duro externo. Lo ideal es combinar ambos: tener una copia en línea y otra física.
Consejo: automatiza tus respaldos para que se hagan sin que tengas que recordarlo.